El duelo, por desgracia, es una expresión que siempre nos recuerda a la perdida de una persona, o a su fallecimiento. Lo usamos en la mayoría de los casos cuando un familiar, o alguien cercano se marcha para siempre, y asimilado a ese tiempo que los que nos quedamos aquí debemos pasar de manera (cuasi obligatoria), aunque según cada caso, cada persona, sea quien se va o sea quien se queda, nos haga usar nuestras armas como mejor sepamos hacerlo, para pasar cuanto antes ese dolor. Pero es sano para la mente (y el corazón) tener la conciencia de que el duelo es aplicable a muchos entornos diferentes, y que cada uno debe desarrollarlo como mejor entienda su cuerpo. Porque al final el duelo es la sensación que se nos queda tras la perdida, TRAS CUALQUIER PERDIDA.
Existen numerosos estudios sobre las fases del duelo. Algunos teóricos apuntan a mas o menos fases. Algunos las ordenan de una forma, y otros de otras… Pero en resumen se podría hablar de cinco grandes fases del duelo: LA NEGACIÓN, LA IRA, LA NEGOCIACIÓN, LA DEPRESIÓN, Y LA ACEPTACIÓN. Todos, llegados a este punto, dejaremos de leer, levantaremos la cabeza, y recordaremos como hemos pasado nuestros duelos (porque al final todos de alguna manera hemos pasado por ese proceso), y aunque en otro orden, o incluso pasando dos o tres veces por fases alternas, LAS FASES SIEMPRE SE DAN. Es una triste realidad, pero es axiomático, y aunque algunos dirán que a ellos no le afectará o que pasarán de puntillas, alguna o todas estas fases llegarán.
La negación y la ira son las mas recurrentes. Al fin y al cabo, el ser humano es un animal racional desde hace relativamente poco tiempo, y sus instintos más básicos le hacen pelear, le hacen combatir contra lo natural. “No puede estar pasando”, “Esto no es así”, “A mi no me pasan estas cosas”, o atacar a todos menos al ego es lo mas habitual, porque no deja de ser LO MAS FÁCIL.
La negociación no deja de ser una extensión de lo anterior: al negadlo todo, e intentar pelear, negocio con la vida que todo se puede quedar igual, o que cambiando esto y esto, todo saldrá bien. Pero no siempre trae buenos resultados, ya que hay elementos inamovibles, o que la propia negación del negociante hace que el resultado sea nefasto. Aunque a veces es necesario.
Quizás la fase de la depresión es la que todos esperan ansiosos, porque es la lógica. Es la natural, la imagen del hombre, rodilla en tierra, con la cabeza agachada. La de los hombros cargados, y la cara arrugada. Pero no es donde debemos sentirnos cómodos, no es la adecuada, es solo otra fase.
Pero este articulo va sobre LA ACEPTACIÓN…
Me gusta mucho hablar con compañeros de profesión. Los primeros años de mi carrera no lo entendí así, por falta de tiempo, o quizás, por tiempo mal invertido, pero tratar con otros Administradores de Fincas y Abogados te da una visión global de tu despacho. Te llena vacíos que crees llenos… Te ilumina salones que crees con luz… Y eso es vida donde no la hay. Porque esta es una profesión muy solitaria. No solo por estar solo en tu despacho (aunque tengas grandes compañeros de despacho), sino porque ante el cliente eres tu, solo tu, en reuniones muchas veces de decenas de personas, que te miran, te atienden, te interrogan, y en algunos casos, te entristecen con sus comentarios.
La mayoría de los compañeros con los que he tenido el placer de hablar en estos últimos meses y años post-pandemia me hablan sobre el cambio en la mentalidad de la clientela. Todos lo pasamos muy mal con esos meses de dolor y perdidas, y eso, en mayor o menor medida supuso pasar un duelo para todos. Muchos no lo aceptábamos, y a muchos nos enfadaba esa situación, pero estaba ahí, e iba a estar con nosotros. Es mas, éramos muchos los que pensábamos que cambiaría nuestras vidas para siempre, y por suerte no fue del todo así (aunque se llevara por delante miles y miles de vidas amigas…)
Pero si ha traído un cambio en la mentalidad de muchos clientes. Y eso debe ser asumido como un cambio paradigmático en la profesión. En mi caso me ha supuesto la perdida de varios clientes, y me ha llevado un tiempo de duelo, el cual ha pasado por todas y cada una de las fases expuestas, pero al final, y es una cuestión obligada, es adaptarte y seguir caminando.
Un viejo amigo y mentor me dijo en una ocasión: “Mi vida me ha dado tantas lecciones que me he tropezado en casi todas las piedras del camino. Se donde están, y las tengo marcadas en un mapa. Si quieres, puedes tropezarte en alguna de ellas, y es mas, creo que te convendría hacerlo… Pero, ¿para que te vas a tropezar en todas cuando yo te las tengo ya marcadas, y te enseñaré el camino…? Ándale a mi lado, y te guiaré”
Sin querer parecerme a él, le digo al lector de este artículo que al final del camino no hay más secreto que ACEPTAR, ANDAR, SACUDIRTE EL BARRO Y SEGUIR CAMINANDO. Para que llorar, gritar, o pensar que toda la culpa la tienen los clientes (sin los que no tiene absolutamente ningún sentido nada de lo que hacemos), si al final ellos pedirán y nosotros tendremos que ir adaptando nuestros despachos, la tecnología, nuestras comunicaciones, etc… a sus necesidades. Debemos saber crecer con los tiempos. Debemos saber darle al cliente lo que nos pide.
Pero si debemos NEGOCIAR, y eso debemos hacerlo como unidad, como grupo. No todo es concebible, y menos a cualquier precio. Como decía otro compañero en la radio hace poco, los Administradores de Fincas cada vez hacemos mas cosas, a menor precio. Y eso no es posible. Quizás una premisa que los clientes deben entender es la siguiente: si se le cobra 3 o 4 euros por gestionar su vivienda, el Administrador solo puede ganar por volumen. Es decir, debe tener 1.000 viviendas para poder ganar 3.000 euros, sin contar con que debe pagar impuestos, empleados, alquileres, servicios, programas… Con lo que más bien deberá tener 2.000 viviendas… Pero cada una de ellas quiere ese trato exclusivo y único que has prometido darle, y que el Administrador desea dar. Y que cada vez es más complicado ejecutar.
Quizás el problema sea ese. Quizás sea lógico entender que si un banco o una compañía eléctrica multinacional con miles de millones de beneficios sube constantemente sus servicios, una empresa local, de 2 o 3 empleados no puede estar siempre bajando los suyos, y en una pelea constante con el cliente porque tal compañero o tal despacho se lo deja a la mitad de precio, sino que debe señalar su valía, debe hacer saber lo que vale, lo que cuesta su tiempo, su atención, para que la misma sea bien recibida, sea aplaudida, porque si no será denostada.
Porque entre aCEptación y aDAptación solo varían dos letras… Piénsalo…